Pintan...

Mal. Realmente mal. Muy mal.

Entramos en el tradicional "novembre negre blaugrana", es decir que esto no ha hecho más que empezar. No es por ser agoreros, pero es que o cambia la actitud del equipo o la manera de jugar, o volvemos a tener un añito en blanco.

Empezamos a intuir lo que le iba a pasar al conjunto de Rijkaard el pasado fin de semana cuando se ganó por los pelos al Almería. Y dit i fet, sin la lección aprendida nos fuimos a Valladolid y allí caímos con todas las de la ley y salvando un punto de milagro gracias a Valdés (porque nos podrían haber metido un carro).

El otrora mejor equipo de Europa, cuyo juego deslumbraba a medio mundo, sigue arrastrando los mismos complejos de la temporada pasada. Inmersos en la "messidependencia", en cuanto el astro argentino se apaga un poco -normal con la cantidad de partidos que lleva encima en tan sólo dos meses- no hay nadie que consiga rescatar al barça. Al menos ayer Ronnie subió un pequeño peldaño en su esperada recuperación. No estuvo bien R10, pero se le vieron más cosas que en todo lo que lleva de temporada. Al menos, marcó un buen gol.

Otra buena notícia son las declaraciones de Rijkaard tras el partido: «En el segundo tiempo cometimos muchos errores. No hemos abierto el campo y los jugadores no han tenido sentido de equipo ni de la organización en el campo». No es normal que Rijkaard saque el látigo y critique abiertamente a sus jugadores. Esperemos que su enfado no se diluya con el próximo canuto y realmente espolee a la plantilla.

¿Estaría menos cabreada la afición si el Mandril no le hubiera metido cinco al Valencia? Probablemente sí, para qué nos vamos a engañar. Pero llevamos ya tiempo avisando de que el equipo jugaba con fuego. Bueno, con fuego no. Que no jugaba a nada, básicamente. Pero con el estrabismo crónico de la culerada, que obliga a mirar hacia el Camp Nou por un lado y para Mordor por el otro, mientras el Mandril jugaba igual de mal -o incluso peor- aquí paz y después gloria. Pero después de ver cómo los blancos arrasaban en casa de los otros blancos, y como nosotros en vez de arrasar seguimos utilizando el verbo arrastrar, naturalmente ya han saltado todas las alarmas.

Veremos si tienen propósito de enmienda. Es lo bueno de una temporada como esta, al tener el calendario tan apretado, y jugar casi dos veces por semana, la mala imagen puede hacerse olvidar con rapidez. De momento este mismo domingo tienen una nueva oportunidad de reverdecer viejos laureles ante er Beti de Don Manué. Ja veurem...

FCB - Real Betis Balompié Diumenge, 4. 19h. Pel bar, of course.