Holy Beer

Por fin llega la Champions, menos conocida por UCL. Tras superar la liguilla de la primera fase, llegan las eliminatorias a cara de perro, el momento del caixa o faixa, la máxima expresión del fútbol mundial. No hay enemigo pequeño, la carne en el asador y todos esos tópicos, multiplicados por mil. Ya hablamos la temporada pasada que la UCL es a Europa lo que Hollywood a los USA: su mejor producto de entretenimiento. Si los dirigentes del fútbol fueran gente seria y no ex-futbolistas ávidos de pulirse dietas millonarias, hace tiempo que se hubiera organizado un torneo tipo NBA donde cada semana nos enfrentaríamos a los grandes del continente. Con un calendario razonable, sin interferencias de las putas selecciones y sin árbitros españoles. Pero como la UEFA tiene a gente casi tan preparada como la de la RFEF, nos vemos obligados a embutir estos partidazos en medio de Ligas con ochomil equipos, fases de clasificación de Eurocopas o Mundiales que duran dos años, copas Áfricas y demás pachangas bananeras a mayor gloria del tesorero de federaciones tercermundistas. Total, que se olvidan de único elemento realmente imprescindible de un espectáculo: el espectador.

Los jugadores, que son unos mantas pero no tontos, saben de la importancia de la UCL. Los verán en todos los rincones del planeta Tierra (no se descarta que en Marte también compren el partido), saben que cuando se retiren se les recordará por lo que hagan en estos partidos. De manera que, oh milagro, por primera vez en la temporada Rijkaard podría alinear a Messi, Henry, R10 y Eto’o. Aunque quizá esta vez sea mejor por apostar por otro tipo de jugadores, considerando que nos enfrentamos a un grupo de bestias pardas que desayunan niños y almuerzan ñus. Con todos ustedes, nada más y nada menos que el Celtic de Glasgow.

Como cualquier club del Reino Unido, arrastra más historia que la reina madre. Fundado en 1888, siempre ha sido asociado a Irlanda y a los escoceses de origen irlandés, y por eso siempre ha sido el equipo de los católicos (sólo por eso, ya me dan rabia). Sin embargo, hay un punto en común con los culés que los hace más simpáticos: siguen idolatrando a Henrik Larsson, el héroe blaugrana que menos goles ha metido después de Belleti. Su templo –otro elemento importante cuando hablamos del fútbol de las Islas – se llama Celtic Park, y se llenará con 60.000 bidones de cerveza con patas dispuestos a arrastar a su equipo a base de bramidos. Preparados, pues, para una batalla sin cuartel.

Celtic FC - FCB. Dimecres 18, 20:45. Als millors bars.
VUITENS DE FINAL DE LA UCL. PARTIT DE PUNTUACIÓ DOBLE!!!