Acción mutante

Hay pruebas evidentes del cambio climático por doquier. La corriente de agua fría conocida como El Niño Torres es un ejemplo, pero hay más: la sequía en Mordor dura ya más de tres años, y lo que te rondaré morena. Uno de los efectos más perniciosos lo provoca el agujero en la capa de Ozores, que se ha extendido a la mollera de los dirigentes de la FIFA, la UEFA y la Vall d'Andorra y deja a los jugadores de fútbol más secos que la mojama. Recientes estudios de decoración afirman que la radioactividad, especialmente aquella con nombre de fraternidad universitaria norteamericana, se está colando por el agujero de Ozores a espuertas, provocando extrañas mutaciones que pasamos a relatar. Según cuentan, un rayo Alfa-Beta-Gamma-Elfo ha impactado en Bremen (más concretamente en Alemania) con terribles consecuencias. Nada menos que un burro, un perro, una gata y un gallo han cobrado consciencia de sí mismos, rollo HAL 9000. Se les imputan las cualidades de hablar, de asociación ilícita y de simpatizar con el movimiento okupa. Y no sólo eso: en vez de dedicarse a la música, que sería lo normal en estos casos, va y montan un equipo de fútbol que tiene la firme intención de tumbar al Campeón de Europa en su propia casa y con sus propias armas. El burro de Klaus Allofs no ha parado de amenazar al Barça en los últimos días. El perro de presa conocido como Mertesaker (dos metros de altura cuando está de pie) monta una defensa de altura, el gallo Klose no para de pegar picotazos y el gato Diego ya imita los remates de Ronaldinho sin descalabrarse en el intento. Grave amenaza la que se nos viene encima: quedar fuera de la Champions. Ojo con los psicópatas de Bremen.