Frank, you'll never smoke alone

El hummus cultural europeo es palpable en muchos ámbitos. Desde que regalan billetes de avión con las bolsas de patatas fritas, quien más quien menos se ha pegado un garbeo por esas ciudades del norte con personalidad propia, con olores y colores peculiares, con rincones impagables y bares que son como museos vivientes. Uno al llegar ya se da cuenta de que eso no lo han hecho en dos días. Si preguntas, te explican porqué aquella plaza se llama San Gromenauer: un personaje, mitad falso y mitad mentira, hace cientos de lustros clavó un cuchillo grande de acero inoxidable a una lagartija gigante que se quería comer a una moza de quince años (y quién no). Todo está trufado de leyendas, que se entremezclan con el presente de manera natural, entre birras. Esta semana nos visita, y no por cortesía, una de esas tormentas que se formaron al norte en tiempo inmemorial. Se ha alimentado durante años y años de hummus, de cerveza, de goles y de héroes. Fuente inagotable de mitología futbolera, hace pocos años protagonizó una de las gestas más grandes jamás contadas: remontarle un 0-3 al Milan en la final de la Champions. Señoras y señores, con ustedes, los que jamás caminarán solos: el Liverpool.

La cosa va en serio. Partido de ida de octavos de final de la Champions. Puntuación doble en la PBBP. El rival, una institución única con un gran equipo. Benítez abandonó el Valencia tras buenas temporadas para encajar en un equipo que, como el Barça, trasciende al deporte. Impregnó al Liverpool de su estilo metalúrgico, que ligó a la perfección con esa ciudad gris e industrial, casi donde las fábricas nacieron. Y así, picando hierro, es como se han hecho fuertes. La táctica es simple: pa burro yo. Clones de Mike Tyson se combinan con grandes futbolistas tipo Gerrard o experimentos genéticos cono Crough. Un bloque sólido, sin florituras pero que va de cara a barraca. Tipos duros, curtidos en mil batallas, con muescas en la mejilla.

Toda esta parafernalia no parece afectar demasiado al bueno de Frank. Él observa, recuerda a Ten Cate por un momento, desactiva una crisis con un par de murmullos y sigue pensando. El hombre tranquilo ha estudiado esa terrible borrasca y le ha mirado a los ojos. Ha cabreado a Eto’o, ha mimado a Messi, ha recuperado a Ronaldinho. El Camp Nou calienta motores, el campeón queda emplazado a defender su título. En la NBA venden franquicias. Aquí tenemos la Champions.

Peazo FCB – Liverpool. Partidazo el Miércoles a las 20:45. C+

Cómo no, puntúa doble.