GCL

Large Hadron Collider (LHC), explicado clarísimamente.

Si hace unos tres días nos encontrábamos en zona de descenso, con una delantera inoperante y una defensa en la parra, el partido contra el Sporting II nos ha puesto en la rampa de lanzamiento. ¡Si hasta vimos goles de estrategia! Sin esfuerzos abrazamos aquella teoría que decía que los partidos contra el Numancia y el Racing no fueron una auténtica mierda, sino un inicio prometedor de algo grande. Ya lo auguraba el Gran Johan, algunos de cuyos tics son seguidos de cerca por Guardiola con esos inventos tácticos tan sorprendentes. Una defensa de tres centrales (Puyol en la izquerda, Márquez y Piqué) y Alves con libertad para subir, quedándose en línea de tres, es un invento ingenioso. El aclarado al segundo palo en un córner ya no es tan novedoso, se inventó cuando el Mar Muerto aún estaba herido, pero les funciona. Y lo más grande: jugar por las bandas sin extremos. Si a todo esto le sumamos que Iniesta ha vuelto de vacaciones y que Messi pasará más de una semana en un mismo continente, las expectativas se disparan como un hadrón en un colisionador.

Porque reconozcámolo: el problema de encontrar el bosón de Higgs es una mieeeeerda comparado con el de explicar el universo culé. Aunque quizá el próximo partido nos ayude en tan ardua tarea. A falta de un Gran Colisionador de Hadrones, en la Liga BBVA tenemos el Gran Colisionador de Ladrones: las directivas sevillanas. ¿Alguien recuerda, de existir, algún directivo sevillano serio? ¿Se llamaba Bosón de Higgs? El inefable Manuel Lopera, que se llama igual que el estadio del Betis, es un ejemplo de lo contrario. Personaje donde los haya, veremos cómo responde su equipo a un chorro de positrones culés impulsados por las fuerzas forofistas que emanan del planeta PBBP.

FCB - Real Betis Balonpié. Dimecres 24, 20:00h. La Sisena.