El chiringuito de Don Manué

Hay una característica en la cual el fútbol español destaca sobre todos los demás: la cantidad de frikis que se han juntado en las presidencias de los clubs. Del Nido, Piterman, Lendoiro, Calderón, el Añorado Fernando Martín o Lopera son buenos ejemplos, fieles seguidores de la corriente llamada gasparismo. Sobre el abogado de mafiosos Del Nido ya hablamos ampliamente en el post del Sevilla, sobre el magnate cafre de Piterman en el post del Alavés... sobre Calderón, el que habla ampliamente es él mismo, y de qué manera. Este hombre lleva una carrera meteórica hacia mito del barcelonismo. Le ha bastado poco tiempo para llamar a los jugadores del Mandril incultos, acusarlos de ir borrachos a entrenar, multar a Capello por insultar a la plantilla, decir lo que cobra Casillas, llamar eterna promesa a Guti, echar a Ronaldo y Beckham, prometer a Robben, Kaká y Cesc... un fenómeno, el tío. Se ha propuesto superar a Gaspart, y a fe que lo conseguirá si los jueces no le tiran atrás el engaño electoral que se montó. Por no hablar del Añorado Fernando Martín: un hombre de campo en la gran ciudad. Duró poco, pero dejó recuerdos imborrables por su fluidez verbal y su técnica de afirmar dos veces cada frase, dos veces cada frase.

Y llegamos a Lopera. Qué gran personaje. Asociado con el Cristo del Gran Poder y la Virgen de las Angustias Dolorosas, no se le ocurrió nada mejor que poner su nombre al estadio mientras aplicaba políticas de RRHH inspiradas en el medioevo y el derecho de pernada. Y así anda su Betis, coqueteando con el descenso, sin su jugador franquicia Joaquín y teniendo que aguantar a su archirival ciudadano en las alturas. En estos posts de vocación surrealista, un vistazo a la realidad tiene efectos lisérgicos: personajes esperpénticos y situaciones inesperadas. ¿o no es surrealista que el Barça pueda escaparse en cabeza después de lo mal que ha jugado?

Don Manué, después de un trago de agua pensando que era vino.

FCB - Betis. Dimecres 24, 21:00h. El fan pel bar.